Un toque es el descubrimiento del misterio más allá de los límites de nuestra conciencia.
Cuando tocamos en realidad expandimos nuestra conciencia hacia lo desconocido, por lo tanto, con la transfiguración adecuada tocar puede ser un gesto liberador que disuelve los límites de nuestra conciencia, que despierta en nuestro ser ciertos poderes curativos y nos sana de ciertos estados de tensiones, bloqueos, etc. Tocar es la acción que nos ayuda a eliminar eficazmente bloqueos manteniendo viva y operativa la comunicación.
EL TACTO CONSCIENTE OFRECE PLACER
Además, el tacto revela la capacidad espontánea que tenemos de recibir y ofrecer aspectos placenteros, de recibir y ofrecer placer y satisfacción y todo lo que trae o despierta en nuestro ser. Sabemos que a través del tacto y la caricia constantes podemos despertar en nuestro ser un estado de exaltación que parte de los sentidos y luego despierta aspiraciones cada vez más profundas, deseos más elevados y desde esta perspectiva, el tacto puede utilizarse precisamente para restablecer un estado de intimidad.
EL TACTO CONSCIENTE ABRE EL CORAZÓN
Cuando se utiliza correctamente, es la puerta a una interacción cada vez más sutil con quienes nos rodean, con el entorno, y es lo que impulsa nuestra conciencia al encuentro del otro y dirige esta interacción hacia la comunicación directa y la asimilación. Si han enviado un mensaje o si han realizado uno de estos acercamientos formales de comunicación, han establecido un contacto superficial que mantiene estos bloqueos que nos aíslan. Este ejercicio de apertura nos permite tener la capacidad natural de inspirar, de tocar el corazón de los que están preparados. Tender la mano es un ejercicio fundamental.